• Murió el cargador del iPad

    Por aquellos días de marzo, cuando compré en mi fabuloso iPad de 3ra generación, léase Retina Display, y me dejé una ingente suma de dinero en la versión más cara del mismo, ya era un usuario bastante satisfecho con mi iPad2. Nunca supe realmente por que me pasé al iPad3, aunque es probable que la respuesta a esa incógnita se funde en el concepto de que soy un tecnópata que se gasta todo su dinero en gadgets que jamás amortiza.
    El hecho es que, contrario al concepto que acabo de detallar en el párrafo anterior, he llegado a la conclusión de que esto último no es tan cierto en la medida de lo que a la tableta de Apple se refiera. La verdad es que la uso desde que me levanto por la mañana, hasta que me duermo por la noche. Desde que abro los ojos ya se pone en mis manos para echar un vistazo con Mr. Reader a casi todas las fuentes RSS de tecnología que existen en la red. Continúo con un vistazo rápido a Facebook. Luego el mail y recién entonces pienso en cepillarme los dientes.
    Desde que compré esta pieza de tecnología, todas mis mañanas han sido así. El uso que le doy por las tardes es de lo más variado, por lo que sería muy largo de explicar. Pero para redondear diremos que se pasa una buena cantidad de horas sirviendo de cliente de Spotify o de TuneIn radio. Luego cae el sol y toca un vistazo lento y seguro a todos los canales de youtube a los que estoy suscrito. Más noticias RSS, un poco de chat con mis amigos de Argentina (horario idóneo dado que les llevamos 5 horas), y algún libro en PDF hasta que me duermo.
    Diréis: ¿¡y esto que tiene que ver con el título de este artículo!? ¡Pues todo! Porque si no utilizara así mi iPad, habría tardado un par de días en darme cuenta que el maldito cargador ha dejado de funcionar súbitamente. Pero no, siendo la 1 y pico de la mañana, y habiendo visto la mitad de mis suscripciones de youtube, la batería me marca 5 por ciento y no puedo hacer nada para remediarlo dado que cargador está completamente muerto. ¡De la nada! Ha dejado de funcionar de un momento a otro. ¡¡Pero si sólo tiene seis meses!! Aún así no me doy por vencido y lo pruebo con el iPhone, con el iPod nano de mi mujer y con unas gafas MP3 que me compré el año pasado. Nada. Vuelvo a probarlo con el iPad y éste se mantiene más frío que una lesbiana en presencia de Nacho Vidal.
    Así que a joderse y a dormir. Con lo a gusto que estaba viendo los trolleos de H2ODelirious. Una pena…
    Mañana a primera hora a SICOS a ejecutar esa garantía.
    Apple, Apple… Que desilusiones me das últimamente…

     


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