• Cual SSD elegir

    SSDAhora que los SSDs están a buen precio, vamos a ver un poco que mirar antes de comprarlos. Porque puede pasar que nos encontremos un SSD ultrabarato pero luego nos peta al año y no es algo que nos interese. Sobre todo porque volver a comprarlo, me refiero al mismo, aunque lo pillemos barato nuevamente, será siempre más caro que haber comprado bien la primera vez.

    Lo primero que vamos a ver, aunque no será determinante es la interfaz de conexión y/o la velocidad de lectura. Y digo y/o porque están ligadas. Estas son:

    SATA1 (o SATA150) Máximo 150MBps de escritura o lectura
    SATA2 (o SATA300) Máximo 300MBps de escritura o lectura
    SATA3 (o SATA600) Máximo 600MBps de escritura o lectura

    A día de hoy es prácticamente imposible encontrar a la venta unidades SSD SATA1. Por lo que la descartaremos. No sin antes decir que de todos modos debes mirarlo igual porque puede que encuentres un disco super barato, digamos uno de 128GB a 30€ pero si es SATA1 escribirá o leerá prácticamente a la misma velocidad que un disco de plato actual. Y no digo de más de 128GB porque, cuando salieron los discos SATA1, no había como hoy discos de 512GB SSD. O los había en otro formato. Por eso, si pillas ofertas como esa mira que no sean SATA1. Si lo son, descártalos porque no sólo son lentos sino que las controladoras que llevaban no son gran cosa que digamos.
    Por eso, lo normal es que hoy en día encuentres discos SSD SATA3, salvo algunas excepciones en las que encontrarás algún SATA2. Y aquí hay que prestar atención. Si mientras miras en las ofertas, encuentras digamos, dos modelos de una marca, solo que uno es una generación anterior y el otro una superior (SATA2 y SATA3), aún sabiendo que tu portátil es viejo y sólo soporta velocidades SATA2, no pilles el SATA2. Eso me pasó a mi una vez, y por ahorrarme unos 20 o 30€ elegí el SATA2. ¿Que pasó? Que a los 4 o 5 meses vendí mi portátil con SATA2 pero no lo vendí con el SSD. El SSD me lo quedé porque sabía que me iba a comprar un portátil nuevo. Y ese portátil nuevo ya traía el nuevo SATA3, que para mi decepción, tuve que conformarme con operar con mi SSD que contaba con un conector de generación anterior, no pudiendo disfrutar de la velocidad completa del bus SATA del portátil nuevo y desaprovechando exactamente la mitad de la velocidad. Por ello, aunque tu portátil tenga sólo puertos SATA2, pilla un SSD SATA3 porque no sabes cuando venderás tu ordenador y puede pasarte lo que a mí. Además cuanto más nuevo sea el SSD más avanzada será su controladora y mejor hará su trabajo.

    Luego, lo que tienes que mirar es el soporte TRIM. Muchos lo indican directamente en la caja. Muchos otro no. Presta atención si en la caja dice algo al respecto y si no dice nada, mira en la hoja de especificaciones del producto en la web si hacen referencia a TRIM. Si quieres saber más sobre la tecnología TRIM, lee aquí. Por otro lado, si has hecho caso al punto anterior, no creo que haya ningún disco SATA3 que no tenga soporte TRIM. Pero, aún así puede existir alguno. Siempre estate atento a ello porque un disco SSD sin tecnología TRIM pierde su velocidad con el uso, o cuando está lleno, y a la larga duran menos.

    Lo siguiente que debes mirar es si es posible que el disco cuente con tecnologías como Garbage Collector o similares. Más aún si vas a usarlo para un hackintosh dada las limitaciones que Apple pone a la tecnología TRIM para discos SSD que no sean los originales que venden ellos. Estás tecnologías optimizan el disco SSD cuando este llega al 85% de su capacidad, o cuando no se está usando, de forma que el disco tampoco pierde rendimiento.

    Lo siguiente en la lista es mirar la durabilidad. Esto lo dictamina el tipo de memoria que pueden usar los SSDs. Que son:

    SLC: 50.000 ciclos de escritura y borrado.
    MLC: 10.000 ciclos de escritura y borrado
    TLC: 2.500 ciclos de escritura y borrado

    Dependiendo de cuanto creas que vas a usar el SSD, igual debes pensar en descartar cualquier disco que tenga memorias TLC. Evidentemente dependiendo de los ciclos de escritura que tenga un SSD se deduce su precio. Cuanto más ciclos más caro. Si solo vas a utilizar el SSD para tener instalado el sistema operativo, puedes optar por un disco MLC. Pero encarecidamente lo desaconsejo si vas a darle un uso exhaustivo al disco. Lease edición de video. Descargas torrent o edonkey. En fin, cualquier tarea que escriba en el disco constantemente y todos los días. Porque, como yo, acabarás un día con un disco cuyas memorias están inservibles y nos vas a poder recuperar los datos.

    Por último, si eres un geek fanático de los SSDs, probablemente debas mirar la controladora y el firmware que lleva el SSD. Algunas funcionan mejor para algunas tareas, y otras para otras. Esa es una info que deberás investigar. No iba a ponerte todo en bandeja 🙂 Pero te doy unas pistas. Son cuatro y son:

    Marvell
    Indilinx (Viene a ser una copia de Marvel)
    Sanforce (Controlador a prueba de fallos)
    Samsung (Controlador cerrado)

    Con todos los datos de arriba, ya estarás en una posición sólida para hacer una buena elección. Y no te olvides, si lo vas a meter en un ordenador de sobremesa, te interesará que venga con caja para adaptarlo a una bahía de 3,5 (como el verted 4)


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